Durante la gestación se producen diversos cambios hormonales y físicos en el organismo que conviene conocer. En el post de hoy te contamos cómo prevenir y tratar a tiempo las posibles alteraciones que puedas sufrir.

Cambios hormonales y físicos durante el embarazo

El embarazo implica que el cuerpo de la madre tiene que adaptarse para albergar una nueva vida en su interior y esto supone al principio, cambios hormonales y, a medida que la gestación avanza, físicos y visibles. En cualquier caso, has de considerar que, a las pocas semanas, ya vas a notar algunas diferencias en tu metabolismo. Si es así, en principio es normal y no te tienes que preocupar.

Es importante que entiendas estas dos vertientes para así, poder tomar medidas y poder mejorar tu estado físico y psicológico. Aunque estos cambios son inevitables, sí puedes reducir sus efectos a la mínima expresión.

Cambios hormonales

Los cambios hormonales aparecen a los pocos días de la concepción y, de hecho, la gonadotropina coriónica humana (HRC) solo la generan las mujeres embarazadas. Los estrógenos aumentan para aumentar el tamaño del útero y del pecho, así como la progesterona para favorecer las contracciones en el parto y el lactógeno para producir leche materna.

Los vómitos recurrentes en las primeras etapas del embarazo tienen que ver, precisamente, con estos cambios hormonales que se generan. De hecho, los cambios hormonales se van a prolongar toda la gestación y durante la lactancia, aunque con valores diferentes.

Cambios físicos

Son varios los cambios físicos externos que se dan en el embarazo, sobre todo a partir de un determinado momento.

  • Aumenta el tamaño del vientre, así como el de los pechos.
  • Además, y como efectos colaterales del embarazo, también es habitual que sufras retención de líquidos, incontinencia urinaria o dolores de espalda derivados de esta situación porque se soporta más peso.
  • Uno de los casos más temidos es el de las estrías de distensión que se generan en la piel cuando aumenta el volumen del vientre, sobre todo por las cuestiones estéticas asociadas.
  • Aparición de acné, que puedes combatir llevando unos hábitos de higiene facial diarios.
  • Melasmas o manchas oscuras. Para ello es clave utilizar siempre cremas con factor de protección. De esta manera, evitarás la aparición de los temidos melasmas.
  • Irritaciones en tu piel, debido al estiramiento de la piel, la misma produce picores y se irrita. Puedes prevenirlo hidratando abundantemente tu piel.
  • Otro de los cambios físicos en tu piel es el aumento de la secreción de grasa en tu piel.

Las ventajas del jabón natural

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Y tú, ¿cómo cuidas tu piel en el embarazo? Cuéntanoslo dejando un comentario.